San Miguel Arcángel es el príncipe de la milicia celeste, está vestido con ropas que recuerdan el rojo del fuego y el azul de la justicia, un cinturón de oro ciñe su cintura, significando el beneplácito y sostén que Dios le da. Porta en su mano derecha la espada de doble filo, la que separa lo verdadero de lo falso venciendo a los soberbios que disfrazan sus argumentos siempre en favor de razones egoístas.
En su mano izquierda lleva la balanza de los platillos dorados. Esto alude a la justicia divina que Dios le concedió por haber vencido y logrado la paz en el universo. En un pasaje del apocalipsis se lee:
Hubo un gran combate en los cielos. Miguel y sus ángeles lucharon contra el Dragón. También el Dragón y sus ángeles combatieron, pero no prevalecieron y no hubo ya lugar en el Cielo para ellos. Y fue arrojado el Dragón, la Serpiente antigua, el llamado Diablo y Satanás, el seductor del mundo entero; fue arrojado a la tierra y sus ángeles con él.
San Miguel Arcángel es el Comandante del ejército de ángeles fieles a Dios. En efecto, siempre defiende la autoridad de Dios y lucha contra sus enemigos. De esta manera hace honor a su nombre, que significa “¿Quién cómo Dios?”. Ahora bien, las tradiciones judía, islámica y cristiana ubican a San Miguel sobre todos los ángeles; dicen que se le llama “arcángel” porque es el príncipe de los demás ángeles.
En efecto, el término Arcángel viene del griego archangelos, que significa “que gobierna, que dirige, que comanda, que lidera” es así que el significado dado es de “Ángel Jefe”o “Ángel Principal”, "Capitán de los Ángeles" o "Uno de los primeros ángeles".
Las distintas tradiciones religiosas nos dan a entrever que Miguel es el implacable rival de satanás, a quien no solo derrota en la rebelión al principio de los tiempos, sino también en la disputa por el cuerpo de Moisés.
De igual modo, se atribuye a Miguel el resguardo del cuerpo de Eva. También parece ser que fue uno de los tres hombres que visitaron a Abraham para anunciarle el nacimiento de Isaac, y que anunciaron a Lot la destrucción de Sodoma y Gomorra.
Se asevera del mismo modo que era el querubín que estuvo en la puerta del paraíso, para guardar el camino del árbol de la vida. Otros aducen que es el ángel a través de quien Dios escribió el Decálogo para su pueblo escogido, y que asimismo fue el maestro de Moisés durante el Éxodo, además de ser quien protegió a los israelitas frente al ejército del Faraón antes de cruzar el Mar Rojo.
Hay quienes afirman que se apareció en Fátima (Portugal) en 1916, antes de las apariciones de la Virgen María, donde, postrándose, llevó el mensaje de orar a los tres niños pastores: Lucía, Jacinta y Francisco invitándoles a orar de la siguiente manera:
"Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo.
Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no te aman."
No obstante, se tiende un manto de especulaciones y controversias sobre la identidad de Miguel, tal es el caso de los Testigos de Jehová que consideran que tanto Miguel como Jesucristo son una misma criatura angelical antes de venir a la tierra, como después de regresar al cielo.
ORACIÓN A SAN MIGUEL ARCÁNGEL
Se cuenta que el 13 de octubre de 1884 el Papa León XIII tuvo una visión en la cual vio a satanás y a sus demonios desafiando a Dios, diciendo que podía destruir su Iglesia si quería. Entonces vio aparecer a Miguel y lanzar a satanás y a sus legiones en el abismo del infierno. Después de esto, el Papa llamó a su secretario para la Congregación de Ritos. Le entregó una hoja de papel y mandó que se enviara a todos los obispos del mundo, indicando que la oración que había escrito tenía que ser recitada después de cada misa.
Esta oración es:
"San Miguel Arcángel,
defiéndenos en la batalla.
Sé nuestro amparo
contra la perversidad y las acechanzas
del demonio.
Que Dios le reprima, es nuestra humilde súplica;
y tú, Príncipe de la Milicia Celestial,
con la fuerza que Dios te ha dado, arroja al infierno
a satanás y a los demás espíritus malignos
que vagan por el mundo
para la perdición de las almas.
Amén."
Miguel A. Zavala Muñoz
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